Campeche El Gobierno del estado de Campeche ha solicitado a los policías en huelga desde hace 33 días que devuelvan las 492 patrullas que...
Campeche
El Gobierno del estado de Campeche ha solicitado a los policías en huelga desde hace 33 días que devuelvan las 492 patrullas que se encuentran en las instalaciones de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana para restablecer el servicio a la ciudadanía.
Los agentes se han negado a cumplir con la orden entregada por la Dirección Jurídica de la SPSC, argumentando que el proceso carece de garantías. Exigen la presencia de un representante de la Secretaría de la Contraloría y un notario público para asegurar que no serán acusados posteriormente de irregularidades en los vehículos.
Denuncian que uno de los firmantes de la solicitud de entrega es Antonio Saradam Solis Santiago, quien supuestamente fue cesado como director de la Policía Estatal Preventiva hace un mes por la gobernadora Layda Sansores, lo que, según los agentes, contradice las afirmaciones públicas de la gobernadora.
"Una vez más, la gobernadora Layda Sansores miente, ya que afirmó públicamente el cese de Saradam, pero ahora él nos exige la devolución de las patrullas", declaró Cristóbal, uno de los portavoces del movimiento de protesta.
"No nos oponemos a devolver las patrullas, ya que son propiedad del Gobierno Estatal, pero exigimos que se respeten los procedimientos. Están ignorando el amparo que nos protege para no afectar nuestro trabajo, ya que estas patrullas son nuestras herramientas de trabajo", subrayó José Francisco Hay, otro oficial.
Los agentes, desde el inicio de la protesta, han dejado el área de armería cerrada y prestan servicio desarmados para evitar problemas, aunque esto signifique un riesgo para sus vidas.
El vocero del Gobierno del Estado, Walther Patrón Bacán, negó que se haya detenido el suministro de gasolina a las patrullas, afirmando que buscan un mayor control sobre sus recorridos. También negó cualquier represión contra el personal por los recientes cambios de área, insistiendo en que estos relevos son normales y habituales.
Fuente: La Jornada